Mauricio
Macri no está en la mira de las críticas por la desaparición del ARA SAN JUAN
(submarino argentino extraviado hace más de 5 días) por haber actuado de manera
más sólida, a comparación con su accionar en el caso Maldonado.
Las comparaciones
son odiosas, más cuando se compara un submarino con una persona. Pero a veces
puede servir para aprehender y reflexionar acerca de la actitud de un líder frente
a una desaparición.
1º de agosto
de 2017: Santiago Maldonado, joven artesano oriundo de la Plata, es visto por
última vez con vida cuando intentaba cruzar el rio Chubut para escapar de la
represión de los Gendarmes que intentaban desalojar un corte de ruta. 17 de octubre
de 2017: Un cuerpo con características similares a las de Maldonado aparece a
300 metros del lugar donde se lo vio con vida por última vez.
Los 78 días
que transcurrieron en el medios de estas dos fechas se escucharon muchas voces,
muchas hipótesis y se vio mucho manoseo político. Pero una voz, la principal,
no se escuchó. La del Presidente. Mauricio Macri decidió dejar todo en manos de
la justicia sin siquiera expresar su preocupación por la desaparición de un
argentino. Nada de esto afectó el desarrollo electoral de los candidatos del
gobierno, en los comicios parlamentarios, pero el Estado estuvo en la mira como
responsable de esta desaparición, y el silencio del jefe de Estado solo echaba
más responsabilidad sobre el Estado, y por ende, sobre el Presidente.
16 de
noviembre de 2017: Un submarino, el ARA SAN JUAN, pierde comunicación con la
base central y se pierde su rastro. 21 de noviembre de 2017 (momento en que se
cierra esta columna de opinión): El submarino sigue desaparecido y no se sabe
nada de sus 44 tripulantes.
En estos cinco
días el Presidente se comunicó con la familia de los tripulantes en varias
oportunidades, expresó su preocupación a través de twitter, Facebook y
distintos medios de comunicación. Convocó a fuerzas internacionales para hallar
el submarino, accionó todas las alarmas en post de la aparición del navío y los
miembros de la Marina con vida y no deja de estar atento a todas las novedades
y movimientos que se desarrollan en torno a esta incógnita.
Si hubiera
expresado la misma preocupación cuando Maldonado desapareció, y se hubiera
comunicado con la madre del artesano cuando estaba desaparecido (y no cuando lo
encontraron si vida), ¿No se habrían pasado esos largos 78 días con más paz?
En resumen,
el presidente se hizo cargo de esta situación y se lavó las manos en la
desaparición de Maldonado. Es por eso que la grieta se ensanchaba cuando se
buscaba al joven activista y ahora todos estamos unidos y preocupado por los
tripulantes de submarino desaparecido.
Si el Jefe (de
Estado, en este caso) se pone al frente, todos los demás nos alineamos en fila
recta detrás de un mismo objetivo. Si el Jefe no está, hay más de una fila y
puede haber conflicto. Trate de estar siempre, por favor.
El día de hoy, 23, cambió todo
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